domingo, 6 de septiembre de 2009

Billo Frómeta – La Billo’s Caracas Boys


Por: José A. Orellán


-UN CARAQUEÑO NACIDO EN DOMINICANA-

A ritmo de merengue, aquel 15 de noviembre de 1915 veía luz por vez primera el hijo del abogado José María Frómeta y doña Olimpia Pereira de Frómeta, a quien bautizarían con el nombre de Luis María Frómeta Pereira y que en lo adelante trascendería la frontera de la inmortalidad bajo el seudónimo de Billo. Desde su formación en la escuela primaria, la música se constituyó en elemento fundamental en la vida de Billo, recibiendo sus primeras lecciones de teoría y solfeo del maestro Sixto Brea, armonía y composición del profesor Rafael Pimentel, mientras que el profesor Oguis Negrete le introducía en el saxofón y clarinete. En sus días académicos, tuvo como compañeros a dos músicos que serían en el devenir del tiempo grandes amigos y compañeros de proyectos musicales: Simó Damirón y Rafael Minaya.


-TRAS LAS HUELLAS DE UN ÍDOLO-

Impresionado por la estatura alcanzada en el firmamento musical por el maestro dominicano Luis Alberti, quien con sapiencia logró introducir el merengue dominicano en las salas de baile de la Alta Sociedad de Santo Domingo, y además ingenió la formula de agregar trompeta, contrabajo y saxofón a una agrupación bailable. Con esta fuente de inspiración, Billo comienza a dar muestra de sus habilidades y versatilidad musical al dominar con solvencia: el saxofón, la flauta, el contrabajo y el piano. El joven músico concluye sus estudios secundarios a la par de su formación musical, movido por los deseos de su padre de contar con un médico en la familia, para 1933 inicia sus estudios de medicina en la Universidad de Santo Domingo, mientras que para apoyar su sustento imparte clases de guitarra a domicilio y eventualmente provee de arreglos a las agrupaciones que lo requerían. Durante este lapso conoce al músico Freddy Coronado, quien le conseguir una plaza como saxofonista de la orquesta del Teatro Capitolio de Santo Domingo, y como fagotista en la sinfónica de Santo Domingo, pero que además le anima a la conformación del Conjunto Tropical, un formato que trabaja regularmente en la estación radial HIN. Más adelante, Billo se une a Simó Damirón, su hermano Fernando Frómeta, Ernesto "Negrito" Chapusseaux y Coronado, para fundar una orquesta de baile a la que llaman: Santo Domingo Jazz Band, con Damirón como director. Con esta orquesta comienza la búsqueda de su propio estilo musical, por lo que se retroalimenta con las sonoridades de las orquestas predominantes de la época: Casino de la Playa, Fletcher Henderson y Glenn Miller. Y surge una oferta desde Caracas, para que la Santo Domingo Jazz Band amenice las fiestas de año nuevo en la prestigiosa sala de baile Roof Garden del Hotel Madrid.


-CARACAS, UN AMOR A PRIMERA VISTA-

Es importante resaltar, que para el momento República Dominicana estaba viviendo bajo la dictadura militar del General Rafael Leonidas Trujillo ("Chapita", para sus adversarios),quien sentía una especial obsesión de poder, evidenciada en la utilización de su apellido para rebautizar cualquier lugar o lo que le pareciera atractivo. Fue así como la capital quisqueyana Santo Domingo le cambió el nombre por el de Ciudad Trujillo, al punto que, para otorgar el permiso de viaje a la orquesta, puso como condición que su nombre fuera cambiado a Ciudad Trujillo Jazz Band. Movidos por el espíritu aventurero, los jóvenes músicos accedieron a regañadientes, partiendo a estas tierras en busca de fortuna, particularmente Billo, quien si proponérselo, abordó un nuevo gentilicio y otra forma de vida. El arribo de la Santo Domingo Jazz Band a estas tierras bañadas por el mar Caribe se produjo. Una vez instalados, los músicos se enteraron que los empresarios habían promovido el evento con la orquesta, pero con un nombre supuestamente más atractivo para el publico caraqueño: "Billo and his Happy Boys ". La contrariedad antes de partir había quedado subsanada. Fué así como la agrupación debutó, resultando un verdadero acontecimiento. Luego del éxito se prolongó la estancia de la orquesta, y no había entre sus miembros un gran deseo por regresar, menos aún, por el temor de sufrir las represalias al desacatar los deseos de Trujillo. Además, ese primer contacto de Billo con su eterno amor, "La Ciudad de los Techos Rojos", aquel 31 de diciembre de 1937 , fue tan sólo eso, "una amor a primera vista". Tan prendado quedó el Maestro de la capital venezolana, que nunca desperdició tiempo para dedicarle los más hermosos versos que poeta alguno le haya escrito a Caracas.


-NACE "LA MÁS POPULAR DE VENEZUELA"-

A mediados de la década de los cuarenta, Damirón se marchó a Puerto Rico en compañía de algunos músicos de la orquesta. Por su parte, Billo contrajo fiebre tifoidea y tuvo que mantenerse en reposo durante algún tiempo. Una vez superada la enfermedad, Billo convocó a sus coterráneos Freddy Coronado y Cecilio Comprés, y a los venezolanos Pedro Luis Aponte, José Dolores Guevara y Angel Briceño, entre otros, a fín de conformar un nuevo proyecto musical: Billo's Caracas Boy". Al principio sus filas cantantes fueron Kuroky Sánchez y Cesar Espín, más tarde reemplazados por Rafa Galindo ("El Trovador de la Radio") y Víctor Pérez. Con el correr de los años, esta primera versión de orquesta fue denominada por Billo como su Primera República, en alusión a las siguientes reestructuraciones efectuadas por él hasta su partida a la inmortalidad. Además de los eventos festivos y vermouths en que participaba la orquesta, la radio se convirtió en su primer vehículo masificador, a través del programa "A gozar muchachos", que animó con su orquesta por la estación Radio Caracas Radio (1945 - 1957). De esta manera penetró en todos los hogares caraqueños, ganándose además del gusto popular, el afecto y el cariño, que nos hizo verle como un verdadero compatriota. La orquesta también participó en otros programas populares como: Fiesta fabulosa, Variedades Esso y Refrescos musicales. No pasó mucho tiempo antes de que la Billo's Caracas Boys se ganara el justo título de "la más popular del Venezuela". Es importante señalar, que durante este período la orquesta contó con la participación del guarachero cubano Manolo Monterrey ("El Ciclón Antillano"), - un factor fundamental en el afianzamiento de la orquesta en el gusto popular- quien junto al bolerista Miguel Briceño, fueron los encargados de suplir a Galíndo y Pérez. Lejos de los escenarios nuevamente, Billo acepta un contrato del sello disquero Venevox para ir a grabar a Cuba. Una vez allí, escribe y dirige sus arreglos para que sean cantados por Adilia Castillo, Mario Suárez y Víctor Piñero. este último conocido como "El Rey del Merecumbé", venía de un arrollador éxito con la orquesta de Pedro J. Belisario y Los Peniques en Venezuela; Pacho Galán, en Colombia, y la Sonora Matancera, en Cuba.


-UN REGRESO PARA SIEMPRE-

En el año 1960 la Asociación musical depone el veto hasta entonces a Billo, quien se apresura a conformar una nueva orquesta, su "Tercera República", al tiempo que contrata a dos noveles cantantes zulianos, el guarachero Cheo Garcíay el bolerista Felipe Pirela. Con esta pareja de vocalistas, Billo dió inicio a la Orquesta mas exitosa que haya sido conformada en Venezuela durante el siglo XX. Salas de baile, rockolas o velloneras, y las estaciones de Radio y Televisión, pronto comienzan a dar cabida a guarachas, boleros, danzones, pasodobles y mosaicos, interpretados por estas nuevas voces. La noticia se regó como pólvora, y de inmediato la orquesta fue reclamada mas allá de las fronteras: Públicos de Colombia, Centroamérica, EE UU y Europa, pronto se rindieron a los pies del maestro Billo y su orquesta. Más adelante Pirela tomó el rumbo de la internacionalización como solista, siendo sustituído por José Luis Rodríguez, quien a la larga emuló el ejemplo de Pirela. Igualmente transitarían por la orquesta voces como Joe Urdaneta, Nelson Henríquez, Memo Morales "El Gitano Maracucho", Rafa Galíndo (reincidiendo por tercera vez), Humberto Zárraga, Ely Méndez, Ender Carruyo, Oswaldo Delgado, Erick Franchesky. Justo es reconocer, y su prolongada estancia en la orquesta lo confirman, que Cheo, Memo y Ely fueron los pilares de esta organización musical. Durante esta etapa la orquesta logra inscribirse en el libro de los Guinnes World Records, al convocar la concentración mas grande de personas en la bailanta de los carnavales de Tenerife en 1987 (más de 250.000 almas). 


-EL ALQUIMISTA DE LA MÚSICA-

Al analizar la obra de Billo, nos topamos con un genio que tomó patrones de diversas vertientes y les imprimió un sello personal que conquistó el gusto del bailador. Tomemos varios ejemplos para sustentar esta tesis: "El Muerto de las Gradillas", una sabrosa guaracha que alude a una de las esquinas emblemáticas de Caracas, tiene en su introducción fragmentos del poema sinfónico de Saint Säens: La Danza Macabra, mientras que en el bolero "Caracas vieja", se toma como inspiración La Patética o sexta sinfonía de Tchaicovsky; por otra parte, a juicio de los especialistas, hay una evidente conexión entre los famosos mosaicos de Billo y la Suite, un género académico que vincula varios tipos de danzas constrantantes y que se va desarrollando en una secuencia que va de un ritmo lento a uno cada vez mas veloz. Estos temas demuestran el vasto conocimiento del maestro y su inspiración a ratos en la música académica. Del Jazz también tomó sus aportes y los plasmó en su tema "Swing con Son" (primera grabación de Jazz venezolano en 1945) , usando como cómplice vocal a Manolo Monterrey, quién por cierto reincide en el Fox-trot "El Neurasténico", en el que vuelca su sapiencia y condiciones vocales a través de un scat singing a lo Louis Armstrong. 


-ETERNA VIGENCIA-

Organizar una orquesta no es nada fácil, lograr su aceptación en el gusto popular es aún mas complicado y mucho más riguroso, que dicho gusto se convierta en herencia familiar. Esto es lo que ha sucedido con la orquesta Billo's Caracas Boys, quien por mas de 50 años se ha afianzado en el bailador sin distingo de edad, sexo o religión. El hecho que después de la desaparición física de Billo Frómeta, su orquesta se mantenga actuando ya entrado el siglo XXI, da una clara idea de la trascendencia obra del maestro dominicano. Los homenajes hacia Billo han surgido desde los mas diversos contextos de la cultura popular, tomando como referencia los programas de radio durante los años cuarenta y cincuenta, hasta los que a diario se escuchan, reeditando sus viejas grabaciones, dedicándole libros. Incluso la Compañía Nacional de Teatro, visto el impacto sociológico del fenómeno Billo, le abordó a través de su performance "A bailar con Billo", exitosa obra presentada durante una prolongada temporada en el Teatro Nacional de Caracas.


-HOMENAJES-

Al margen de la reiterada admiración hacia Billo mostrada por Renato Capriles con su orquesta Los Melódicos, otros colegas del maestro dominicano, para quienes fue una fuente inagotable de inspiración, no se quedaron atrás. Así encontramos trabajos en Venezuela que van desde el presentado por el ex-vocalista de Los Melódicos, Roberto Antonio, hasta toparnos con el mas honesto y mejor logrado trabajo en homenaje a su obra: Swing con Son. En esta producción el maestro Alberto Naranjo, consagrado músico e investigador profundiza en las vertientes que enriquecen la obra del maestro Billo, creando nuevos arreglos, pero siempre respetando el concepto original, invitándonos a viajar en el tiempo con su Latin Jazz Big Band y un par de invitados de excepción: Rafa Galíndo y Manolo Monterrey, quienes entre charla y canto, nos recrean la antológica melodía "Caracas Vieja". En esta propuesta de Naranjo, se reivindica a Billo echando por tierra todos aquellos argumentos sobre lo supuestamente "simplista" de su trabajo. Cada tema fue cuidadosamente seleccionado, tratando de cubrir cada influencia de Billo, desde los géneros caribeños, pasando por la música académica y el Jazz, hasta desembocar en sus tributos a la tierra venezolana, con arreglos bien aderezados y digeribles para el bailador.


A través de la imprenta se han desplegado trabajos referentes a la biografía e influencia de Billo y su música en la historia contemporánea de Venezuela. Para dar fé de ello citamos el trabajo del profesor Angel Vicente Marcano: "Billo Frómeta, Biografía musical" - Ediciones AlterLibris - ; "Billo solamente Billo", escrito por Carlos Delgado Linares - Ediciones Namar-, y el homenaje que le brindara el Consejo Nacional de la Cultura - CONAC - en la revista IMAGEN (N. 6 , 1997), en la que expertos y melómanos se unen para brindarnos la mas amplia retrospectiva a través del cristal de sus lentes. Así Rodolfo Izaguirre, Luis Brito García, Federico Pacanisn, Alberto Naranjo, Juan Carlos Báez, Lil Rodríguez, Angel Gustavo Infante, Federico Vegas, José Roberto Duque, Jaime Bello León, Gisela Kozak, Juan José Martín, Miguel Márquez, descubren, cada uno desde su distinta vena de inspiración, al Billo que nos cautivó, cautiva y cautivará. Los testimonios de Oscar Sambrano Urdaneta, Belén Lobo, Oscar Rodríguez, Maritza Montero, Asdrúbal Baptista, Cheo Hurtado, Isaac Chocrón, Salvador Garmendia, Enrique Bolívar Navas, con su óptica melómana, aportan sus vivencias al haber bailado con Billo.

-EL ÚLTIMO COMPÁS DE ALMA LLANERA: SU EPITAFIO-Corría el año de 1988, ya el año anterior se habían conmemorado el quincuagésimo aniversario de su llegada a estas tierras, con la misión de brindarnos alegrías y emociones. De modo que se comenzó a organizar un homenaje en su nombre, fijando la fecha para finales de Abril de ese año. En dicha fecha se cumpliría uno de los sueños del veterano maestro, dirigir la Orquesta Sinfónica Venezuela, y junto a ella, respaldar a muchos de los cantantes que lo acompañaron con el correr del tiempo. Los días previos al concierto fueron extenuantes, los arreglos, las entrevistas en Radio, TV y Prensa escrita, en fín; una cantidad de compromisos y una cruzada contra reloj. El 27 de Abril de 1988 se realizaría el último ensayo, al llegar a la sala del teatro Ríos Reyna del complejo cultural Teresa Carreño, Billo recibió una calida ovación de pie de parte de los profesores de la OSV, lo cual le emocionó de tal manera, que colapsó, desmayándose, por lo que fue necesario trasladarlo de inmediato a un centro asistencial. El diagnóstico no fue alentador. Billo había sufrido un Accidente cerebro vascular (ACV), el cual hizo que su luz se extinguiera la noche del 5 de Mayo de 1988. La conmoción en el país fue total, nadie podía creer lo que sucedía, el hombre que hizo posible "A gozar muchachos", aquel día nos arrancaba las lágrimas mas sentidas de nuestras almas, el pueblo se dio por entero a despedirlo ante su féretro ubicado en la antigua gobernación de Caracas. Aquella tarde del 6 de Mayo de 1988, Caracas se detuvo en el tiempo para rendirle el mas sentido homenaje al maestro Billo. Al concluir los honores, su féretro fue acompañado por una inmensa multitud hasta el Cementerio Parque del Este, entre vítores y canciones, como queriéndole decir a la muerte que su intento era fallido y que su memoria permanece viva, que jamás lograría arrancárnoslo ... Y así fue llevado hasta su final morada, dónde se le concedió su último deseo con el canto del multitudinario coro, que entre lágrimas y recuerdos entonó:

"... Y es que yo quiero tanto a mi Caracas

que sólo pido a Dios cuando yo muera

que en vez de una oración sobre mi tumba

el último compás de Alma Llanera... "

Fragmento de "Canto a Caracas", por: Luis María Frómeta (Billo).

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